domingo, 6 de enero de 2019

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Es difícil desacostumbrarme al tono de tu voz por la mañana, el calor hipnótico de tu figura en las siestas o el mar de transpiración de nuestros cuerpos en la noche.
Es difícil no tener constantes mensajes que dificilmente arman una conversación coherente pero que era totalmente importante, porque nos hacía saber que siempre había alguien del otro lado.
Pero los veranos tienen sus otoños que no vemos llegar, con dias frescos y sombríos que anuncian, tristemente, los inviernos tormentosos, fríos y solos.
Este ciclo se repite siempre, distintos tiempos e intensidades pero pareciera que es un continuo.
Eso quiere decir, también, que sin darte cuenta llegará la primavera aclarando todas las lágrimas de tormenta, un pañuelo de flores calentará tus mejillas haciéndote sonreír en primavera y el verano tocará tu puerta, con alegría merecida por la espera.
Seguirás sobreviviendo como el roble increible que sos, sosteniendo todos los pajaritos, que dependen de vos, en tus ramas.

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