sábado, 22 de febrero de 2025

Un sábado, años después de ese sábado

Todos los días trato de convencerme que no está mal celebrar un vida sencilla porque realmente lo creo, el problema viene en la parte de celebrar ¿cómo puedo ser feliz con tantas presiones?. Tengo tanto para agradecer y aún así estoy padeciendo.
Tengo tantos privilegios en comparación que me da cierta vergüenza sentirme así pero no pertenezco al mundo, a este mundo. A sus reglas, a sus trabajos, a sus penas. A deambular como un cuerpo muerto día tras día, ayudando y viendo florecer a quienes me rodean y preguntándome porque ni capullo está vacío. Tengo techo, tengo comida, tengo abrigo para el invierno y fresquito para el verano, tengo amor, tengo plantas, tengo un hogar pero no tengo esa alegría.
Tengo deseos, tengo pasiones, tengo miedo al futuro, tengo crisis económicas, tengo cosas que no puedo comprar y creo que tengo todo eso que hace humano a los que me rodean pero no me siento parte de ellos, de la especie.
Me ahogo en placeres para sentir y gritar algo que llene ese vacío continuo.
Los dioses son tan crueles como para darnos consciencia de nuestro dolor pero no para darnos un camino fácil a la respuesta.

martes, 30 de abril de 2024

De mí, un último día de abril

El país se está yendo al infierno hace rato y aún no caigo en cuenta de eso simplemente por el hecho de que estoy muy triste. Tan triste como ahogarme y ahogar a quienes me rodean, por eso me controlo. Porque nadie debería morirse por mi culpa y porque si me muero ¿quien ayuda a mi vieja, aunque me cueste mi único refugio? ¿Que cuerpo va a resistir los golpes e insultos de un paciente psiquiátrico cuando se tengan que tomar las decisiones recurrentes? ¿Que boca va a mentir diciendo no te preocupes que yo me encargo de todo?. 
Cuando todos no estén ¿podré morir? No lo sé, en este momento estoy ocupado juntando los pesos para poder sobrevivir y pensando que está mal conmigo para que no me llamen de ningún laburo, posiblemente es que sea un desastre o capaz es mi cabeza jugandome una mala pasada otra vez.
Siempre recuerdo las palabras de ese pequeño hobbit: “¿Cómo retomas el hilo de una vida vieja? ¿Cómo continúas, cuando en tu corazón empiezas a entender que no hay regreso posible, que hay cosas que el tiempo no pueden enmendar, aquellas que hieren muy dentro, que dejan cicatriz?” y la realidad es que no hay vuelta atrás, no recuperare mi niñez o juventud; solo queda el pasar de las horas haciendo lo mejor posible que está bastante lejos de ser algo eficiente.
Esto soy yo, al último día de Abril del año veinte veinticuatro, con una sonrisa y secandome las lágrimas antes de ir a comer algo que preparo mi vieja, decirle que está riquísimo sin haberlo probado y que todo va a estar bien, que no se preocupe.

viernes, 29 de marzo de 2024

Viacrucis

¿Cuando fue que me mataron? 
Si hago memoria encuentro a esa figura encapuchada, inmutable y fría, en muchas etapas de mi vida. Estaba ahí cuando falleció mi abuela y experimente la verdadera pérdida. Estaba ahí cuando tuve conciencia de la enfermedad de mi hermano. Estaba ahí en mi primer ruptura amorosa. Estaba ahí en el acv de mi vieja. Está acá, mientras estoy en la cama escribiendo esto.
Está acá en un contexto de incertidumbre, dónde los ahorros se desintegran, dónde el costo de vida siempre sube, dónde hace rato no se encuentra laburo, dónde el día a día es una lucha que se pierde esperando lo que vendrá, atado a la esperanza que se hace añicos con cada noticia nueva. ¡Una buena, che! Aunque no somos tan puros cómo Jesús siento que estamos haciendo un viacrucis general, latigados por un emperador mientras los Poncio Pilatos achican los hombros y dicen que es la voluntad del pueblo.
¿Cómo no te conmueve ese dolor ajeno?
¿Dónde está nuestra Magdalena para besarnos la frente al tropezar y aliviar nuestro dolor?. Los Pedros negando cuando la multitud los ilumina y más de un Judas ahorcado con la cuerda de su culpa. Es pecado comer carne cuando no hay más que arroz en los platos.

martes, 6 de febrero de 2024

Hermano.

Me encuentro en ese sueño dónde tengo que hacerme cargo de lo que pasa a mi alrededor. Dónde aún no puedo ser el hermano menor que nunca fuí y tener que engrandecerme para ayudar en cosas que aún no entendía; muchos años después y con más práctica me encuentro en el mismo episodio donde me preocupo por un final anunciado que no tiene forma de cambiar. Dónde una persona está atrapada sin poder salir de sus miedos, dudando de todo y viviendo una realidad que no existe, la cual desgasta lentamente las fibras de la cordura y el cerebro, dónde no hay vuelta atrás con cada fisura, no se arregla, queda así siempre para peor.
Es la pesadilla más aterradora porque pasa a plena luz del día, todos los años desde que tengo memoria. Nadie puede salvarlo y todos a su alrededor vamos pudriendonos en tristeza. No hay escape, no hay salida pero sabemos el final.
¿La gente puede vivir sabiendo que alguien se va a morir o peor aún que la muerte, que se vuelva una baba, un reflejo de lo que fue algún día para que solo quede el recuerdo cuando se vea a la cara a eso, que ya no es más una persona?.
No todo tiene arreglo y la caja de galletitas se va acabando con el más mínimo problema. Ya no sale, ya no puede hablar con muchas personas, se persigue todo el tiempo y no tiene esperanzas de nada pero tiene mucho miedo a la muerte, eso jamás lo haría; preferiría ser un cadáver vacío, sin restos de él antes que acabar con su vida; eso está bien, porque nos envenena de esperanza a los otros, que fantaseamos con curas milagrosas. Otra vez estoy en ese sueño que es cualquier día.

martes, 16 de enero de 2024

Hoy, soy esto

¿Me seguirías queriendo si ya no tengo fuego en mis ojos? Si rompes la cáscara de la ilusión y te encontras con esto que casi no sale de casa, que no entiende de horarios y no duerme bien. Que es la suma  de victorias pasadas que hoy me dejan tirado en la cama. Tengo una propiedad que es mi hogar, solo mío, y un plato de comida en mi mesa. ¿Te da asco mi falta de ambición? La perdí toda cuando llegue hasta acá, dónde se suponía que era la felicidad según unos cuantos. Spoiler: no lo es. Tampoco voy a negar el privilegio que me permitió construir todo esto, no soy un genio o un fuera de serie, más bien una persona aburrida y metódica que desde su primer sueldo anotaba cuánto tenía que ahorrar y las chirolas sobrantes las patinaba en alguna salida o en la persona con la que estaba, nada de ropa cara o viajes, nunca fueron para mí. Capaz la ambición nunca fueron parte de mí y eso suena tan poco atractivo. ¿Cómo me voy a vender si no puedo maquillar el cuatro que soy?. Los años pasan, envejezco de todos lados, incluso del alma y como eso va ser rival para tu belleza ¿Cómo voy a tentar a tu pasión? Si yo mismo se que no me compraría. Mis días no cambian desde el lunes al domingo, digo que tengo ganas de mejorar pero no tengo la voluntad de cruzar el umbral de mi puerta ¿para que?.
Mis treinta convidan paz y vino, cómo una posada para dos noches, más causaría hastío. Me odio, no me amo. 
Pero te deseo, cómo deseo a todas las personas del mundo, quiero disfrutarte y que seas feliz. Vivir tus victorias como si fueran mías, las necesito. Realmente no soy lo que buscas pero eso no significa que podamos hacernos bien un rato, aunque eso signifique abandonar el tiempo y todo lo que somos; necesito sentir. 
Es un grito egoísta, es un deseo, es una necesidad; de las pocas que me quedan.

domingo, 10 de diciembre de 2023

Un día

¿Hay luz al final del túnel? ¿Existe realmente un cambio? ¿O solo queda la resignación y tragar oxígeno por inercia?
Es una pregunta que hay que hacerse para saber de qué lado estamos o queremos estar. Me lo preguntó, sumido en la tristeza pero con la convicción de que existen los milagros (aunque no pasen), que el sol me va a iluminar (aunque sea de noche) y que el invierno será primavera (si lo sobrevivo). Esperar cosas o tener esperanza es una hoja de doble filo y puede que esté tragando oxígeno por inercia pero no estoy resignado a eso; el espejo me devuelve la imagen de un zombie que busca una cura y eso, es el primer paso. El segundo no lo sé pero lo estoy esperando.
El dolor y la tristeza son egoístas, nos ciegan para esconder que están en todos lados y siempre pero siempre, en el otro. Si no podemos curarnos seamos un bálsamo para el que está al lado.

lunes, 2 de octubre de 2023

Deseo de algo imposible

A simples rasgos el mundo se divide en populares y quién no lo son, sin entrar en cuestiones más profundas quiero hacer foco en los vínculos. ¿Un popular puede ser amigo de alguien que no lo es? En la teoría si y en la práctica hay algún que otro ejemplo pero la realidad es que quién tiene constantes interaciones personales suele restarle importancia a muchos vínculos, descuidarlos o dejarlos de lado pues no son la prioridad o no le aportan la novedad espontánea que puede divertir un día, dos semanas o un mes dejando en evidencia que no hay una intención de esforzarse pues en la cantidad se encuentra mejor calidad y todo esto no lo hacen con maldad, en la mayoría de casos, simplemente es la comodidad de la genialidad y carisma que da muchas posibilidades mientras que en el otro extremo una llama de esperanza se enciende cuando un marginado encuentra una persona con la que puede hablar un día, una semana o un mes sintiendo la suerte de que alguien tan genial posó sus ojos en esto, que es él. E insiste con el vínculo, lo cuida, lo emparcha y trata de que dure con ciertas esperanzas que vaya a saber uno cuáles son, hasta que ocurre el desamoramiento de esa amistad que no es recíproca simplemente por algo que no estaba destinado a ser; quien tiene pocos zapatos los lustra y guarda en cajitas esperando la ocasión para sacarlos mientras quienes varios pares no dejan de variar pues en la novedad está su diversión. ¿Y alguno está mal? No, solo es una cuestión fortuita de compatibilidad; los fracasados no están hechos para la vida de los populares pero eso no quita que se pueda ser el rey de los fracasados siendo el más popular aunque la tentación simpre corrompe y volvemos al ciclo inicial que genera la separación. La plata llama a la plata y la popularidad llama a la popularidad. Estás reglas se repiten desde el jardín hasta el trabajo, salir de la rueda siempre parece imposible y capaz trae más dolor del necesario.
Por eso sin darnos cuenta nos aferramos a cosas que van a remarcar más nuestra identidad autoimpuesta y las vamos a defender a capa y espada aunque no nos demos cuenta.
¿Te transformaste en aquello que odias o seguís creyendote falsamente puro?.