Otra pesadilla que se coló por la noche y no la dejó dormir bien. Para Paula ésta era peor que la anteriores y más real que todas las pasadas pero siempre decía lo mismo. Justificaba eso con los cuentos de Lovecraft que leyó en la semana para restarle importancia y no aburrir siempre con el mismo culpable, su vida, su laburo y en este caso las fechas festivas.
Piensa que no llega a comprar todos los regalos de navidad para la gente que quiere y tiene razón porque no puede comprar regalos a todos para que la quieran, no funciona así ¿pero quién puede culparla por intentarlo? Aunque el bolsillo no le da para tanto y las deudas se empiezan a agrandar, el espíritu navideño la motiva por alguna razón desconocida.
El turrón y las películas como el Osito Mandarina la transportan a una niñez pura dónde no reinaba nada de lo que hoy la agobia.
Vestida de duende en el 160 llega tarde a trabajar y les desea feliz Navidad
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