viernes, 28 de febrero de 2020

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Tarde, un día más. Aunque no suele ser costumbre, lo toma como natural. Paula se había desvelado, si podemos llamar desvelo a un insomnio constante. Había puesto algún anime repetido en la tele mientras daba vueltas, se masturbo y cerró sus ojos. Esa era otra costumbre adquirida, tocarse todos los días; no porque se sienta sexy, linda o para alguien en particular; solamente el hecho de liberar endorfinas, quemar energías y sentir algo real; realmente necesita sentir algo real que le haga olvidar todo lo demás. Que la haga olvidar esos momentos frente al espejo donde piensa que tiene kilos de más, donde piensa que su cara no es agraciada, donde cree que es un fracaso, donde todas sus debilidades se hacen reales para ella y la visten, haciendo que cualquier logro sea desacreditado, normalizado y un manchón brillante en una consecutiva de fracaso. Es lunes y está llegando a su trabajo; fantasea irrealidades para poder vivir en la realidad. Por eso necesita olvidar todo por un tiempo, por corto que sea

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