domingo, 21 de agosto de 2016

210820160758



Que horrible es cargar la cruz del juglar, ser el ruliento sonriente para el mundo. De tener la mal llamada necesidad de hacer sonreír a todos, cuando no es más que mero egoísmo, una excusa para lograr sentirse bien a base de otros. No es heroico intentar salvar a los demás, si lo que buscamos es salvarnos a nosotros. Me repugno un poco. Me repugnan un poco mas aquellos que no se preguntan lo que hay bajo esa capa de falsa alegría popular, fotos de medias o chistes oportunos. Me lastima aquel que piensa que un dolor no puede ser tan grande si no se ve; me lastima no poder exteriorizar todo lo que se guarda bajo una armadura de positividad. Me lastima que nosotros, lectores, no podamos ver las pequeñas llamadas de auxilio de aquellas almas lastimadas que muestran en pequeños detalles; pero me duele más de quien las ignoran. Vos me lees, me hablas, te reis pero si te pones a pensar, no me conoces ¿yo te conozco? aunque eso no debería asustarte o preocuparte; no estamos haciendo un juicio de valor, solo te pido que mires, pienses y escuches al otro. Salva a quien pueda ser salvado, son aquellos que gritan en silencio.

1 comentario:

  1. Esta armadura de positividad que vos decís es un arma de doble filo. Te ayuda a pasar el día pero no te salva nada. Quizá sea mejor desnudarse y pedir a gritos ayuda, pero que difícil es hacerlo, ¿no?. Y pareciera que cuando lo logramos nunca hay nadie ahí para escucharnos. Al fin de cuentas las personas siempre están solas. Podemos tener consejos, un apoyo momentáneo. Pero si queremos ser salvados es uno mismo el que se tiene que ocupar. Nadie más lo va a hacer por nosotros.
    Hay una frase que leí hace muuucho, de Kurt Cobain. Recuerdo que me había parecido la mejor frase del mundo en su momento, y a día de hoy me sigue sorprendiendo.
    “If my eyes could show my soul, everyone would cry when they saw me smile.” Me acordé de esa misma frase leyendo este texto y te la quise compartir por si no la conocías, esperando que te parezca tan genial como a mí me lo parece.

    ResponderEliminar