domingo, 28 de agosto de 2016

030529082016



¿Que es lo que querés? le dije al niño pequeño que me miraba con dos cristales transparentes, mostrando su alma.
-Quiero ser bueno, como lo suficiente para que no estés triste vos-
Sus palabras me rompieron, porque no era lo suficientemente bueno como para que él quiera otra cosa.  Eso me come la cabeza por las noches, quema mis cigarrillos y vacía mis ojos

domingo, 21 de agosto de 2016

210820160758



Que horrible es cargar la cruz del juglar, ser el ruliento sonriente para el mundo. De tener la mal llamada necesidad de hacer sonreír a todos, cuando no es más que mero egoísmo, una excusa para lograr sentirse bien a base de otros. No es heroico intentar salvar a los demás, si lo que buscamos es salvarnos a nosotros. Me repugno un poco. Me repugnan un poco mas aquellos que no se preguntan lo que hay bajo esa capa de falsa alegría popular, fotos de medias o chistes oportunos. Me lastima aquel que piensa que un dolor no puede ser tan grande si no se ve; me lastima no poder exteriorizar todo lo que se guarda bajo una armadura de positividad. Me lastima que nosotros, lectores, no podamos ver las pequeñas llamadas de auxilio de aquellas almas lastimadas que muestran en pequeños detalles; pero me duele más de quien las ignoran. Vos me lees, me hablas, te reis pero si te pones a pensar, no me conoces ¿yo te conozco? aunque eso no debería asustarte o preocuparte; no estamos haciendo un juicio de valor, solo te pido que mires, pienses y escuches al otro. Salva a quien pueda ser salvado, son aquellos que gritan en silencio.

domingo, 7 de agosto de 2016

06:4707082016



Me gustaría volver en el tiempo para ayudar a todas esas almas que conocí luego de su fractura    

lunes, 1 de agosto de 2016

0108201609:21



Pestañe entrando en un estado de sueño pesado, la puerta al mundo irreal de las fantasías y allí me encontraba; en un cuarto donde un tajo de luz salido de una tele cortaba con la oscuridad total, iluminando la cara de un nene de nueve años. El nene estaba jugando a la play, para ser más exacto al Final Fantasy Tactics (si con ese dato no se dieron cuenta aun queridos lectores, ese nene era yo). Me senté a mi lado, viendo como jugaba (bastantes movimientos reprochables y sin sentido que llevaban a un "¡Ufa! y resetear el juego, una y otra vez) tome el joystick y resolví varios niveles con la practicidad que me enseño la experiencia hasta que note la incomodidad y fastidio del pequeño caprichoso(A fin de cuentas le estaba enseñando como hacer las cosas de forma correcta) "¿Que pasa?" fue el detonante para sus reproches "A mí no me gusta este que usas, quiero el otro. ¿Por qué vas por ahí?. Ese nivel era lindo, tendríamos que repetirlo. ¿Vos siempre haces las cosas aburridas?". Y ahí estaba yo, enseñándome a no ser divertido, a ser pragmático, a ser un resultadista. Y ahí estaba yo, mostrándome que perdí lo importante, que ponderaba resultado por alegría, gozo por eficacia, tristeza por una pseudo adultez. Lo último que recuerdo del sueño fue que me dijo "¿Querés que te enseñe a jugar?", cosa que había ya había logrado.