Una estación perdida, el otoño que realmente fue.
Como hojas empezamos esto con los últimos rayos de sol en nuestro cuerpo, entendiendo lo que debíamos hacer. Lo teórico era más fácil que lo practico y lo descubrimos en el día a día.
Las paredes que eran un refugio se convirtieron en una cárcel y para algunos sus vínculos se convirtieron en convictos listos para armar pelea por cualquier cosa.
Una batalla constante contra nosotros mismos que venimos perdiendo la mayoría de días.
Ya no somos productivos y nos deprime ver todo lo que no pudimos ser.
Horarios desfasados, cenas de desayuno y tristezas nocturnas de postre.
Hartos de sentirnos en un mar que nos revuelva contra promesas cada vez mas lejanas.
Como hojas nos fuimos marchitando hasta llegar acá, al invierno frio que cala los huesos, esperando, siempre esperando. Veo el sol por la ventana tan tan lejos que no llega a calentar el corazón.
Como hojas empezamos esto con los últimos rayos de sol en nuestro cuerpo, entendiendo lo que debíamos hacer. Lo teórico era más fácil que lo practico y lo descubrimos en el día a día.
Las paredes que eran un refugio se convirtieron en una cárcel y para algunos sus vínculos se convirtieron en convictos listos para armar pelea por cualquier cosa.
Una batalla constante contra nosotros mismos que venimos perdiendo la mayoría de días.
Ya no somos productivos y nos deprime ver todo lo que no pudimos ser.
Horarios desfasados, cenas de desayuno y tristezas nocturnas de postre.
Hartos de sentirnos en un mar que nos revuelva contra promesas cada vez mas lejanas.
Como hojas nos fuimos marchitando hasta llegar acá, al invierno frio que cala los huesos, esperando, siempre esperando. Veo el sol por la ventana tan tan lejos que no llega a calentar el corazón.
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