La tarde cae sobre el cristal dejando de mostrar mi reflejo,
la falta de él me arranca una sonrisa, una sonrisa amarga que me recuerda lo
que se reflejaba. Entiendo tu adiós, tantos meses después, entiendo el llanto
de mis padres y el dolor de mis
hermanos. Viendo esa figura insípida que los años trabajaron, como los
pequeños engranajes se fueron parando. La pasión, el autoestima, el amor propio,
el tiempo. Después del tic, llego el ultimo toc. ¿Cuantos aun funcionan? ¿cuanto
maquillaje tapa mis ojeras? ¿cuantas sonrisas disimulan mi tristeza? ¿cuanta
ayuda puedo prestar para condenarme silenciosamente?. La tarde pasó, la noche
llegó. La oscuridad invade mis pensamientos y fantasías ¿cuantos más como yo
fantasearon con un manantial rojo de su costado? ¿cuantos culminaron esa idea
tan embriagante del que vendrá? ¿cuantos se arrepintieron cuando el metal tomo
color y calor? ¿cuantos lloraron? pero más importante ¿cuantos rieron?
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