Varieté de (des)interesantes cosas. El tiempo, es relativo. Podes leer a mi yo pasado, entender a mi yo presente o conocer a mi yo futuro, o capaz no.
miércoles, 14 de enero de 2015
Sangre roja
Recién llego de ver "Papeles en el viento" una película increíble para
todos, pero particularmente especial para otros, aquellos como yo que
viven en Avellaneda y son hinchas de ese extraño club llamado
Independiente; y digo extraño porque no entiendo como genera tanto en un
pibe al cual no le gusta el futbol, no le copa la pelota, no entiende
mucho y le aburre ver 90 minutos de gente corriendo atrás de una pelota.
Pero independiente es más que eso para él, es más que un equipo,
significa compartir un vinculo con el abuelo, el hermano, el primo y el
viejo, compartir una sonrisa, un dolor, un insulto y un abrazo,
significa tradición, familia y amor. La escena final muestra cuando la
nena va y ve por primera vez la cancha, nunca vemos la cancha, solo la
sonrisa iluminada de ella ¿Pero que ve? Yo te puedo contar lo que vi un
ocho de septiembre del dos mil dos, como dije nunca fui un amante del
futbol, ni siquiera un interesado por eso mi viejo decidió llevarme a la
cancha de una vez junto a mis hermanos, vestido de rojo de pies a
cabeza bajamos del auto y desde ese momento quede enamorado de un mar
rojo, una cantidad de personas que no podía contar y que nunca se
quedaban quietas, todas avanzando para el mismo lugar hablando de lo
mismo, diciendo nombres, cantando y riendo. Cuando entramos me quede
embobado al ver tanta gente junto a mí, tantos desconocidos que conocían
que hacia el otro ahí y lo compartían, de embobado a petrificado pase
cuando salió el equipo a la cancha, con miles de papeles, tambores y
bengalas rojas. Ese día jugamos contra Colon ganando siete a uno, en
cada gol mi viejo me abrazaba y me decía "¿Viste que lindo es el Rojo?"
No el futbol, porque realmente el futbol nunca me importo, el Rojo es lo
que me importa. Ese día fue una fiesta y ese año salimos campeones.
Pasaron más de diez años desde ese día y pasaron más cosas que días;
pero lo que no paso fue el amor que nació ese día
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Si bien yo nunca fui una persona de deportes, siempre amé la pasión que estos despiertan, esa que vos describís y se comparte. Escribís lindo, Diego!
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