martes, 16 de enero de 2024

Hoy, soy esto

¿Me seguirías queriendo si ya no tengo fuego en mis ojos? Si rompes la cáscara de la ilusión y te encontras con esto que casi no sale de casa, que no entiende de horarios y no duerme bien. Que es la suma  de victorias pasadas que hoy me dejan tirado en la cama. Tengo una propiedad que es mi hogar, solo mío, y un plato de comida en mi mesa. ¿Te da asco mi falta de ambición? La perdí toda cuando llegue hasta acá, dónde se suponía que era la felicidad según unos cuantos. Spoiler: no lo es. Tampoco voy a negar el privilegio que me permitió construir todo esto, no soy un genio o un fuera de serie, más bien una persona aburrida y metódica que desde su primer sueldo anotaba cuánto tenía que ahorrar y las chirolas sobrantes las patinaba en alguna salida o en la persona con la que estaba, nada de ropa cara o viajes, nunca fueron para mí. Capaz la ambición nunca fueron parte de mí y eso suena tan poco atractivo. ¿Cómo me voy a vender si no puedo maquillar el cuatro que soy?. Los años pasan, envejezco de todos lados, incluso del alma y como eso va ser rival para tu belleza ¿Cómo voy a tentar a tu pasión? Si yo mismo se que no me compraría. Mis días no cambian desde el lunes al domingo, digo que tengo ganas de mejorar pero no tengo la voluntad de cruzar el umbral de mi puerta ¿para que?.
Mis treinta convidan paz y vino, cómo una posada para dos noches, más causaría hastío. Me odio, no me amo. 
Pero te deseo, cómo deseo a todas las personas del mundo, quiero disfrutarte y que seas feliz. Vivir tus victorias como si fueran mías, las necesito. Realmente no soy lo que buscas pero eso no significa que podamos hacernos bien un rato, aunque eso signifique abandonar el tiempo y todo lo que somos; necesito sentir. 
Es un grito egoísta, es un deseo, es una necesidad; de las pocas que me quedan.