lunes, 11 de enero de 2021

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Después de muchísimo tiempo y sin aviso, en un sueño me hirió la nostalgia. Más de siete años deberían ser suficientes para que la indiferencia reine y la superación este completa pero todo lo que pensaba se desmoronó como un castillo de naipes. Ahí estaba el recuerdo y no la realidad, una persona que no fue afectada por la arena del tiempo me saludaba y sonreía, como si los años hubiesen sido solo semanas, como si no existiera una historia previa. Qué extraño y traicionero es el mundo de los sueños, que me invita a soñar con una amargura lejana de lo que nunca pasará.