Grande está quién deja de querer ser un niño. ¿Quién, en su sano juicio, querría ver al mundo sin filtros? Donde todo es una aventura. Dónde no cerrar la puerta es un volver corriendo a sellar el fuerte para impedir el paso de monstruos y no una preocupación sostenida de ¿La abre cerrado? Bueno, ya fue, no puedo llegar tarde al laburo. Dónde saltar de cama a cama es evitar una muerte segura por lava y no la preocupación de una nueva cama en doce cuotas sin interés. Dónde un no estés triste es una palabra de aliento real porque la vida siempre es una aventura que termina bien, sin importar los problemas del protagonista; y no una palabra de aliento vacía para hacernos soportar el día a día. Por eso es de primera necesidad festejar este día para nosotros, para no dejar morir de desnutrición a nuestro niño interno que nos puede sacar de la realidad un rato, que nos convida sonrisas cuando el mundo nos ofrece lágrimas. Seamos niños siendo un poco grandes.